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Monday, November 10, 2014

El Maratón de NYC, parte II

La línea de arranque queda justo en donde comienza el puente Verrazano-Narrows. El maratón empieza en una subida, y en mi caso (color azul) nos tocó transitar por el carril superior derecho. El día estaba nublado, pero se veía del lado izquierdo, muy a lo lejos, el One World Trade Center y todo el “downtown” de Manhattan. Se veía lejos y se veía imponente. Esa vista me encantó y me sorprendió. Me encantó oír a los helicópteros de la policía y verlos volar tan cerca de nosotros. Pero lo que estuvo terrible fue el viento. Viento que me empujaba literalmente a la derecha, y viento que no me permitía avanzar. Así estuve subiendo el puente de Verrazano durante 0.8 millas, que es lo que dura la subida. La subida la hice, con todo propósito, bastante lenta, y no apresuré ni cuando tenía a tantos corredores rebasándome. Debido al viento no estaban marcadas ni la milla 1 ni la milla 2, ya que a los letreros, literal, se los podría llevar el viento, poniendo en riesgo a los corredores, así que estimé la distancia con lo que había estudiado del recorrido y con mi aplicación de Nike. 

El viento estaba tan duro que de repente, y sin darme cuenta, en algún momento se me voló mi gorra. La gorra con la que tenía 3 años corriendo. Y me quedé solamente con mi pañoleta para correr, así evité que el sol me quemara la cabeza.

El viento era horrible. Yo solo veía que volaban cosas, suéteres, chamarras, gorras, bandas de cabeza, bolsas de plástico. Muchas y de todos los tamaños y colores imaginables. Volaban y regresaban, como en un tornado, volaban y se iban, como en un vendaval, volaban y se elevaban, como en un huracán. Y yo con mi bandera como capa, que me iba frenando y que a la vez también me servía el viento para que la bandera fuera atrás de mí. Me llené de pánico cuando, casi por terminar el puente, y en plena bajada, dejó de correr el viento, y me paré en la bandera, y el efecto físico casi me tira. estuve a punto de tropezar con mi propia bandera, así que a partir de ese momento tuve más cuidado con ella.

Todavía con bandera, guantes, mangas







Fue impresionante ir bajando el puente y ver a algunas personas que ya estaban echando gritos y mucho relajo, y echándole porras a todos los que pasábamos. El apoyo de la gente era increíble, casi en cuanto ajamos del puente había una banda de guerra de una escuela tocando, y gente con letreros y gritando nuestros nombres. Los niños chiquitos esperando los “high fives”, y yo la verdad pegado a mi lado derecho para darles los high fives y para dejar que el público gritara mi nombre. Se puede decir que todo brooklyn fue una experiencia así de bella, a cada vuelta de la calle, a cada paso que daba había gente apoyando, con banderas de uno u otro país (encantaba que hubiera banderas de México y que la gente se emocionara al ver mi bandera), y los niños y los ancianos y los jóvenes todos apoyando. Grupos de gente de Suecia, de España, de México, de Brasil, de Colombia, de Perú, de Argentina… uff! de todos los países, ahí gritando y apoyando, asegurando que su grito llegara lejos. Yo estaba súper emocionado con tanta gente gritando y diciendo tantas cosas. Así las millas 2 a la 8 en Brooklyn se fueron volando. Yo había pensado en deshacerme de la bandera de México en la milla 4 o 5, pero al llegar a esas millas decidí mejor esperar a darle la bandera a mi familia. La verdad las mangas de correr y los guantes ya me estorbaban un poco, porque, aunque el viento era terrible, ya había salido el sol y ya mi cuerpo estaba generando suficiente calor como para no sentir las rachas de viento frías (¡El viento, se reporta que bajaba la temperatura a 1 o 2 grados centígrados!).

Así mi tiempo no fue el mejor, de hecho no bajé de los 9 minutos por milla, pero me divertía como enano, viendo a la gente, interactuando con ella y dejándome echar porras y dándoles high fives a todo el mundo. Inclusive en un trecho, una corredora mexicana tomó mi bandera por un extremo y nos fuimos corriendo media milla cada uno con un lado de la bandera.

Escenas corriendo
Corriendo por NYC
Y llegué a la milla 8, ansioso por ver a mi familia, que estaría en la Atlantic Avenue, justo en cuanto la calle daba una vuelta. Me dio mucho gusto verlos, yo me acuerdo de la cara de todos y con la bandera y emocionados gritándome. Mi hijo me tomó unas fotos fabulosas, las mejores que me han tomado en mi vida. 

Yo. Milla 8. Tomada por mi hijo

Saludando a mi familia. Milla 8, tomada por mi hijo

Yo, milla 8, tomada por mi hijo

Yo en la milla 8, tomada por mi hijo



En cuanto los vi me quité la bandera y se las aventé, y me encantó poder verlos y que me vieran. En cuanto me quité la bandera también me quité los guantes y los calcetines que tenía en los brazos. Ya más ligero proseguí mi camino por Broadway. Pasé como por unas calles preciosas donde había unos judíos ortodoxos, de esos de barba y gorritos y ropa negra medio larga y camisas blancas. Y pasé por fruterías, por casas bien bonitas de las tío “brownstone” que le dicen. Y el apoyo de la gente seguía igual. En esas calles el apoyo era precioso y preciso. Subíamos y bajábamos pequeñas cuestas, pero la verdad ni se notaban. Yo iba hidratándome con dos vasos de gatorade cada hora y me tomaba mi gel de glucosa cada 45 minutos. Así seguí por brooklyn hasta un puente en el que pasamos al barrio de Queens. En este barrio se sentía también mucho apoyo, y había bandas de guerra. El clima seguía a gusto y mi paso no empeoraba, pero no mejoraba, seguía en 9:08 minutos por cada milla. Pasé el puente Pulanski y con éste la marca del medio maratón. Yo seguía a mi ritmo lento, pensé que podía empezar a acelerar pero no lo hice. Y en eso entramos al puente de Queensboro, y empezó la subida. La subida dizque muy difícil, pero la verdad yo entreno en subidas peores, así que empecé a ganar terreno. De repente vi a una persona que iba a buen ritmo, solo un poco más rápido que yo y que sabía lo que hacía y me fui atrás de ella. Sentí que podía seguirle el ritmo, y mi ritmo aumentó y seguí sintiéndome muy bien, así que estuve siguiéndola medio puente. 

Lo únco malo de este maratón es que, si uno va solo sin equipo y sin nadie con quién correr, es muy difícil pasar a los más lentos. A veces no hay manera de abrirse paso, más que haciendo zig-zag, lo cual quita mucha energía que uno necesita para después. Esto de que no podía abrirme el paso lo experimenté durante todo el maratón, pero se hizo más notorio cuando apreté el paso siguiendo a personas que traían muy buen paso, y de hecho perdí a la primera persona que vi con paso fuerte, y seguí a otra que apenas me estaba rebasando, y la seguí durante el resto del puente y casi toda la primera avenida, la habré seguido más o menos por una distancia de tres a cuatro millas. Me sirvió mucho acelerar el ritmo siguiendo a alguien, ya que tomé un mejor ritmo entrando al puente de la Avenida Willis, y al Bronx. En el Bronx las calles eran un poco más anchas y la gente con el mismo corazón enorme apoyando a todos los corredores, y con unos letreros preciosos. ¡No hay manera de no enamorarse de la gente en Nueva York! ¡la gente es lindísima y siempre te están apoyando!!! en Bronx apreté el paso y pasé el puente de la Avenida Madison, ya con rumbo a la 5a Avenida. Tomé los geles energéticos y tomé más gatorade, pero en la milla 22, en pleno Harlem, me dio un calambre. Sentí que ahí quedaría, porque empecé a sentir mi pie derecho duro y acalambrado, pero no paré mi ritmo,  por el contrario seguí corriendo, solo que apoyé toda la planta de mi pie derecho en cada paso que daba. Comencé a sentir la subida interminable de la quinta avenida, una subida de una milla, en la que al voltear hacia enfrente solo se ve gente y se ve subida. Es una subida pesadísima, y se hace más pesada por toda la gente que está cansándose y que se para en frente de uno, así que hay que estarles dando vuelta a los que se paran, porque yo iba tratando de seguir con mi ritmo de carrera que ya llevaba. Yo desde que comencé a acelerar en la milla 15 y 16 no paré y de hecho seguí con mi paso más rápido, a excepción de la subida de la quinta avenida, en la que bajé mi ritmo a 9:01. Ya pasando la quinta avenida y entrando a Central Park, comencé a acelerar, ya que me motivó oír a alguien que dijo “this is the homestretch” lo que significa algo de que ya llegamos al último tirón. Y seguí acelerando, pensando que las piernas ya no me iban a responder. Estábamos pasando por Central Park, y de repente salimos del parque y yo creí que llegaba casi a Columbus, pero estaba desorientado, yo creí que iba subiendo Central Park West, pero apenas iba saliendo del parque en Central Park South, casi por el Hotel Plaza, el cual queda casi en la 5a avenida, y todavía hay que caminar 3 cuadras antes de dar vuelta en Central Park West. Se acabó mi lista de reproducción (duraba 3:57), y yo me fijé la tarea de terminar el maratón en menos de 4 horas, así que tenía que darlo todo en ese momento, porque yo creí que si no terminaba en menos de 4 horas no saldría en las páginas del New York Times. Así me fui acelerando y llegué a Columbus Circle, que es donde finalmente volvemos a entrar al parque para la recta final. Me metí al parque y supe que ya casi tenía la carrera en la bolsa, aceleré todo lo que pude, y vi el signo de la milla 26. Adelantito había otro letrero, el que indicaba que faltaban los últimos 200 metros. Seguí acelerando todo lo que pude y lo que me daban las piernas, hasta que de repente vi la meta bien cerca y la crucé. No me lo podía creer, no cabía en mí y se me hacía imposible que yo pudiera haber corrido un maratón, 42.195 km en menos de 4 horas. ¡Pero lo hice!
Llegando a la meta


Con la medalla, en la meta
Al día siguiente claro, compré el New York Times. Quedé en el lugar 13,573 de un total de 50,511. En el 26.8% más rápido del mundo. No está mal para un primer maratón. ¿O será el único? ¿O será el último?
Mi nombre impreso en el NYT









El Maratón de Nueva York, parte 1

El Maratón de Nueva York fue una experiencia en sí misma. No sé si los demás maratones sean igual de intensos, pero este maratón fue muy intenso y lleno de vida. Lleno de amor, lleno de compañerismo, lleno de belleza, lleno de compasión, lleno de generosidad.

Por ahí leí una cita que decía “Si algún día pierdes la fe en la humanidad, corre un maratón”. Es una cita de Kathrine Switzer, la primer mujer que corrió oficialmente el maratón de Boston.

El maratón de NYC es impresionante. Desde la expo que se monta durante los tres días previos al maratón, la organización es fabulosa. Llegué por mi número y por mi playera en hora pico, y duré tres minutos en obtener ambos objetos. El día anterior al maratón estaba lluvioso, y el pronóstico del tiempo, que se cumplió, era de un clima medio nublado pero con vientos con rachas de 50 millas por hora. El frío entre 6 y 8 grados.

Escenas de la Expo

El número de corredor, por ese fui a la expo
El sábado traté de descansar lo más que pude, y solo fui a Times Square a tomarme unas fotos. En la noche fuimos a cenar (temprano, a las 6:30) a Crispo, un lugar de comida italiana que estuvo delicioso. Ahí me cargué de carbohidratos con mi Spaghetti Carbonara, con el Spaghetti de mi hija Monse que le sobró y con Salmón de mi pequeña María José, que también le sobró.
Ya estaba de regreso al hotel y en pijama desde las 9:00 de la noche, pero aunque estuve acostado hasta las 5:00 am yo creo que solo dormí unas 4 horas. No me dejó dormir la emoción.



Me desperté y me cambié. Capas sobre capas de ropa. Mis shorts de toda la vida y mi playera Nike Pro de manga corta con mi nombre y el número de corredor. Luego una ropa rompevientos desechable que compré en la expo del maratón, luego el chandal que iba a tirar de todos modos, con el jersey del hard rock café de Las Vegas, al cual le dije adiós. Y encima me puse un rompevientos plástico que también compré para el maratón. Gorro y guantes que también iba a dejar antes de comenzar el maratón. Y en mi bolsa con mis zapatos de correr, mi gel, los lentes, los calcetines que utilizaría para la competencia, las mangas hechas de calcetines cortados por el extremo de los deditos, vaseline y bloqueador solar.
Desayunos del hotel. ¡Gracias!

Desayuné un box lunch que me hicieron en el hotel, con un plátano, un bagel, queso crema tipo philadelphia, y un cafecito y yogurt. Esta era la caja del box lunch del hotel



Necesitaba tomar el tren que me llevara al Ferry a la estación sur, y a las 6:40 estaba en la estación del metro de la calle 28. Justo la hora y media pasadita que he tardado siempre en estar listo para salir a correr. El metro pasó a las 6:45 en punto, y en la estación Chambers nos “invitó” a irnos en los primeros 5 vagones para  poder llegar a la estación de South Ferry. Yo iba en los vagones de atrás, así que fue muy molesto bajarse y abrirse paso en unos vagones llenos de corredores desmañanados. De hecho en el metro no había más que corredores que iban a su cita personal con el destino.

En el Ferry en NYC


El metro llegó 7 y pasaditas a la estación de Ferry, y así de repente comenzó el abordaje del mismo, para salir a las 7:30 en punto hacia Staten Island. Hemos de haber llegado a la estación de Staten Island a las 8:15 o por ahí, y me bajé para tomar el autobús. Quería quedarme en la estación un rato, pero dije “mejor me voy de una vez” y fue una buena decisión. Tomar los autobuses no es complicado, pero había mucha gente, así que caminar y abrirse paso, y esperar al autobús toma tiempo. Y el autobús fue de esa estación al Fort Wadsworth, que es donde empieza la carrera. Llegué a Fort Wadsworth y los policías revisaban los paquetes de cada uno de los corredores y nos revisaban con detector de metales, así que ahí también era otra fila de 5 minutos que teníamos que hacer.

Llegando a Staten Island. ¡Mucha gente!


El Fort Wadsworth es un gran descampado, solo hay algunos caminos de asfalto y mucho pasto. Además, como hacía mucho viento, no había casi letreros ni indicaciones de cómo irse a qué lugar. Pero los voluntarios (ellos SON el maratón, qué bárbaros) súper amables indicaban por dónde había que irse y así me fui a mi zona azul. En el camino me topé a unos chinos que estaban cargando su móvil (el único lugar donde había un enchufe eléctrico) y ahí cargué mi celular por 10 minutos. Llegué a mi zona azul y fui por un café y por un bagel, y me fui a formar para ir al baño. Ya eran las 9:20 y mi zona la cerraban a las 9:35 para poder arrancar el maratón a las 10:10. Así que en la fila de los baños portátiles me zampé mi bagel y mi café y me fui a las 9:30 del baño directamente hacia mi corral (F). Estuve esperando a que abrieran el corral unos 5 minutos. a las 9:35 en punto abrieron el corral, y apenas estaba ubicándome en él cuando se oyó el cañonazo de salida de los corredores élite a las 9:40. Y apenas me dio tiempo para ponerme el bloqueador solar, ponerme las mangas, quitarme el gorro de frío y ponerme la pañoleta y la gorra de correr (gran idea ponerme la pañoleta), cambiarme de zapatos y cambiarme los calcetines. Decidí desechar ahí en el corral el chandal y la ropa a prueba de viento. Me dejé los guantes. E hice el calentamiento que hago todas las veces que corro, el cual es un calentamiento estático que dura a lo mucho cuatro minutos.

En Fort Wadsworth, ¡hasta allá vamos!
Llegando a Staten Island. ¡brrrrr qué frío!


Y así de repente todos comenzamos a avanzar como si fuéramos ganado que se va yendo como por inercia a un punto indeterminado por nosotros mismos, a enfrentar un destino cierto pero en ese momento incierto. Así dimos vuelta a una larga curva en el camino que estaba frente a nosotros, y volvió a sonar otro cañonazo. Eran las 10:10, hora oficial de arranque de la segunda ola, o sea la mía. A lo lejos se alcanzaba a ver la salida, pero aunque iba avanzando lo hacía lentamente. La calma se hacía tensa, íbamos muy apretados y muy juntos, y tal cual, como ganado caminando lentamente. De repente se abrió un claro y se vio la línea de salida. La emoción estaba por comenzar.


Hasta éste momento me puse a pensar que realmente no había tenido un minuto de respiro desde que salí a las 6:30 del hotel. Habían pasado tres horas y media y apenas me había alcanzado el tiempo para transportarme, ir a los servicios, comer un bagel y un café y preparar mis cosas para correr. Así que para otra ocasión sabré que el ferry de las 7:30 am para salir a las 10:10am está justo de tiempo y no está nada sobrado. No tuve tiempo para enfriarme en la intemperie ni para convivir con los compañeros maratonistas.

En sus marcas

Miércoles 29 de Octubre de 2014

Desde el Lunes en la tarde me puse a hacer mi maleta. La maleta la quiero llevar arriba en el avión para lo cual la maleta debe pesar 10kg. A la primer pesada, ésta tiene 11 kg, así que debí quitar cosas no esenciales para correr el maratón de ella.

El último pronóstico del clima en NYC dice que estará frío, de 6 a 8 grados a la hora del maratón. Es un frío al que no estoy acostumbrado. Investigué un poco, y resulta que a esa temperatura se maximiza el rendimiento del cuerpo en lo que respecta a quemar calorías y oxígeno y convertirlos en energía.

Reflexiones finales sobre el entrenamiento al maratón:
  • Entrenar para el maratón me ha servido mucho para crecer como persona. El maratón es un reflejo de la vida diaria, y entrenar es como prepararse todos los días y enfrentar la vida, a pesar de los obstáculos, de los problemas, de las posibles carencias, de los descuidos, de los cambios en el medio ambiente.
  • Un maratón requiere dedicación y tiempo. Y requiere sacrificar el tiempo que se puede dedicar a la familia, a los hijos y a dormir, para levantarse e ir a correr.
  • El maratón requiere tener un plan de antemano. Un plan a seguir en el que se especifiquen las metas que se persiguen (en mi caso, terminar el maratón en menos de 4 horas) y en base a ello definir el plan y comenzar a seguirlo.
  • El maratón también requiere ser flexible. El plan está ahí, pero en el día a día se van presentando diferentes circunstancias y entonces es obligado volver al plan y revisarlo, corregir el rumbo y adaptarme.
  • Aprendí que en el maratón, como en la vida, se tiene que querer lo que se hace. Si no hubiera querido con toda mi alma ir al maratón, yo creo que habría habido muchas veces en las que hubiese dejado de entrenar, o lo hubiera abandonado cuando me caí, o cuando me lastimé con los zapatos de correr nuevos
  • Para lograr la meta se requiere estar revisando constantemente todas las variables. Estar corriendo y tomando el tiempo para retroalimentar a la mente y al cuerpo acerca de cómo está todo, razonar si todo va bien o necesita corrección.

Estoy a 5 días de correr el maratón. Aún no sé si lo voy a completar. Yo entrené con la idea de terminarlo. Ahí está el esfuerzo y la constancia en el propósito, ahí están los experimentos con la hidratación, con los carbohidratos; ahí quedan las 500 millas recorridas durante el periodo de entrenamiento. Me resta un último día de entrenamiento: Salir a correr 5 millas hoy en la tarde. Fácil y sencillo. 5 millas son como 40-45 minutos de salir a correr. Despacio que voy de prisa.

A una semana del maratón

Domingo 26 de Octubre

El día de hoy fue la última carrera larga. Mucho más corta que las anteriores carreras largas, ya que solo corrí 12 millas. Fue una carrera tranquila, a buen ritmo.

En la semana que pasó estuve corriendo 5 millas diarias. Estoy agotado físicamente, y correr solo 5 millas me ha servido precisamente para empezar a recuperarme. Han salido pequeños dolorcillos, especialmente abajo de los tobillos de ambos pies, nada incapacitante, nomás como un “pellizquito” abajo de los tobillos cuando empiezo a caminar.

En la semana me dolió mucho un dedo del pie, y resultó que una de las uñas moradas que tenía comenzó a crecer y se me enterró. Me corté la uña con cuidado y al siguiente día ya estaba bien.

Esto muy sensible a cualquier problema que veo con mi cuerpo, a cualquier cosa que me puede pasar, a cualquier sensación extraña.


Me estoy hidratando, estoy comiendo carbohidratos, estoy tratándome de dormir al menos 8 horas y estoy en un plan completamente enfocado al maratón. El fin de semana me desvelé un par de veces porque hubo el viernes una fiesta en mi casa y me dormí hasta las 12, y el sábado porque siguieron los festejos hasta las 10:30. Cansado pero bueno, me levanté tarde y así pude recuperar la falta de sueño de los días anteriores.

Tapering

Guadalajara, 19 de Octubre de 2014.

Tapering significa “reducir gradualmente”. Es es justamente lo que sigue de la carrera larga del 12 de Octubre. Esta semana el total de millas corridas fue de “solo” 43 millas. De hecho por ahí del miércoles yo me sentía como con más energía de la que estaba gastando, sentía que podía correr más rápido y más tiempo. El viernes inclusive corrí 7 millas y las sentí a gusto. El sábado volví a correr 7 millas y me pesaron un poquito. Yo lo atribuí al hecho de que hacía calor. El domingo corrí 15 millas y terminé muerto. Terminé cansado y hoy me duele todo. Terminé hasta un poco enfadado, cansado mentalmente. Mi cansancio mental se debe a que yo creí que “reducir gradualmente” significaba que iba a poder hacer mi entrenamiento de manera más fácil que las anteriores semanas, en las que iba incrementando la carga. 

Racionalizando éste cansancio durante el tapering, puedo decir que no es facil correr 29 millas en tres días, fue un esfuerzo bastante grandecito. Se supone que esta semana solo correré 32 millas en total, lo cual ya es una reducción considerable respecto a la semana pasada.

Hoy quiere entrar a mí una especie de pánico. Compras de última hora de cosas que no tenía planeadas, “pequeños” ajustes que no están ni escritos en ningún lado ni planeados en el entrenamiento, y creo que sentarme a escribir me aclarará las ideas.

Pienso llevar mi camisa de manga corta y mi camisa de manga larga al maratón. El problema es que la camisa de manga larga con la que he venido entrenando se rompió. Físicamente está inservible. Creo que necesitaría haber comprado otra camisa de similares características cuando se me rompió esta. Y no lo he hecho, y quisiera hacer una compra de pánico de camisa. Pero hoy me acordé que tengo otra camisa de características similares, e inclusive otra camisa que también me ha servido para correr en climas fríos, como la que usé para correr hace un par de veranos en San Francisco. Creo que cualquiera de esas dos me servirá para mis objetivos.


Empecé a revisar los pronósticos del tiempo en Nueva York para el día de la carrera, el cual será en 2 semanas. Me preocupa el asunto del clima durante la carrera. El pronóstico con el que me levanté el día de hoy es que el clima esté muy frío y con viento. Nunca he corrido en esas condiciones. Nunca he esperado a la intemperie una hora y media en esas condiciones. Y pues eso, me entra pánico al pensar en el clima y qué hacer al respecto.

Y viendo opciones, me puse a pensar objetivamente que llevo varias capas de ropa, llevo mi mangas la sudadera, gorro, guantes, hasta la bandera, vamos. Y que en mi plan está llevar una bolsa de basura transparente de las grandotas que tenga un hoyo que me cubra la cabeza. Y que me puedo aplicar vaseline en lugares del cuerpo que van a estar expuestos al clima inclemente, como en las piernas. Y que con el calor propio de la carrera, voy a sentir que voy a 20 grados, seguramente. Así que creo que solo con ver qué camisa de manga larga llevo, por si acaso, y conseguirme la bolsa transparente para que me dejen pasar con ella a los corrales, con eso tengo suficiente para hacer de la carrera una gran carrera.

Friday, November 7, 2014

Las listas de reproducción y el pico de mi entrenamiento.

Domingo 12 de Octubre, Guadalajara, Jalisco

El entrenamiento de la semana continuó impasible. Duro e inamovible. Tuve que hacer Yasso 800’s, sí, y también tuve que correr otras 6 millas viernes, 5 sábado y el domingo, la cúspide de mi entrenamiento: 22 millas (35 km)
.
Me preparé con un ensayo total para el maratón. Comencé por tratar de grabar la lista de reproducción en mi teléfono, para ya tenerla lista. Por problemas técnicos y tecnológicos, terminé no teniendo ninguna lista en mi computadora ni en mi teléfono. Para los que me han conocido antes, soy muy obsesivo con los problemas técnicos, y he pasado noches en vela tratándolos de arreglar. Me dieron las 8:00pm cuando me di cuenta que no tenía listas de reproducción, y a las 10:00pm me fui a acostar dándole vueltas al asunto, sin poder conciliar el sueño. Entonces pensé: Tengo tres opciones, una, ir a arreglar el problema hasta que tenga listas de reproducción, lo cual me va a llevar a la 1 o 2 am. Puedo darle vueltas en la cabeza y sentirme “loser” por no tener la lista, o puedo concentrarme y dormir y enfocarme en el entrenamiento, que va a ser el entrenamiento total al maratón. El entrenamiento que incluye superar éste tipo de obstáculos, que pueden parecer minúsculos pero que afectan, cómo no, al rendimiento.

Me concentré  para enfocarme en el momento presente y quedarme dormido. Dormí profundamente y me desperté a las 5am, me desperecé y me levanté a mi rutina de desayunar a las 5:15, seguida de ir al baño y bañarme. En ese lapso de tiempo hice una lista de reproducción, no era la óptima, pero la verdad funcionó bastante bien. El entrenamiento incluyó ponerme todas las cremas, pociones, vaselina en la ingle (siempre se roza si no lo hago así, usé la vaselina marca libre que compré y tengo que reportar que no sirvió la marca libre). Me gustó irme limpio y perfumado a correr. Estar listo con mis geles de glucosa (solo tenía 3 y necesitaba 4, acá en México hay escasez de éstos geles, así que tuve que usar una galleta de 90 calorías para la primera parada del entrenamiento).

El día amaneció lluvioso, otra eventualidad a la que el entrenamiento me acostumbra. Y el parque no estaba iluminado, por lo que tuve que comenzar a enrejar con el mayor cuidado posible, parda no sufrir tropezones mientras amanecía.

Tuve la dicha de ver amanecer. Es uno  de los grandes privilegios de entrenar, me ha tocado la fortuna de ver amanecer y he visto cualquier cantidad de amaneceres, todos hermosos, y unos de plano sublimes. El de hoy estuvo precioso.

Conquisté las 22 millas. Con un poco de indisciplina en lo que respecta a los “splits”, no corrí tan parejo, traté de irme muy rápido de la milla 5 a la 11 y luego aguanté demasiado el tiempo de la 11 a la 18. Mi tiempo fue de 3:15, lo que me pone en bastante buena posición para terminar el maratón en sub-4.

Me duele todo. Pero no me duele de algún músculo o hueso lastimado en especial, sino como aporreramiento y como exceso de ejercicio. Estuve deshidratado, estuve muy cansado, pero no tanto mentalmente, sino físicamente. Mentalmente de hecho estuve muy satisfecho, porque además no toqué la parece famosa que se supone que los corredores enfrentamos en la milla 20 o por ahí. No me sucedió esto de la pared ni en la milla 22. No sé qué es la pared, no sé si gracias a mi alimentación, a mi hidratación o a ambas.


Lo que sí empecé a sentir fueron como calambres. No tuve ningún calambre incapacitante, pero podía sentir cómo los dedos del pie izquierdo estaban un poquito más duros de lo normal, así como la parte externa del pie derecho. Tomé potasio, pero tal vez tenga que tomar más durante un período más largo de tiempo, creo que necesito tomar potasio todos los días.

Wednesday, October 29, 2014

Yasso 10 x 800's

Guadalajara, Jalisco, 8 de Octubre de 2013

Yasso 10 x 800’s

Hoy miércoles 8 de Octubre me tocó ir a mi Alma Mater, el ITESO, a correr los Yasso 800’s como parte de un entrenamiento de 10 millas. El domingo pasado corrí “solo” 15 millas, pero la semana está dura con un Yasso 800’s a la mitad. Mi pie muchísimo mejor, pude correr las 15 millas sin ningún problema, bueno, estuve muy cansado todo el domingo que corrí las 15, pero debido a que las corrí muy temprano, me había acostado tarde y estaba yo solo a cargo de mis tres hijos, fui al supermercado y me puse a cocinar.
Los Yasso, bueno, son 2.3 millas de calentamiento, luego correr 10 veces 800 metros con descanso de 400 metros entre ellos. estos fueron mis Yasso 800’s.

Yasso
Tiempo
1
3:39.25
2
3:31.81
3
3:31.21
4
3:32.43
5
3:31.15
6
3:30.85
7
3:29.83
8
3:29.16



Promedié como 3:31 en cada vuelta, lo que en teoría me pone en 3 horas y media en mi tiempo de maratón. Estuve cavilando después de hacer los Yasso 800’s y pensé que, aunque pueda, no lo voy a correr en ese tiempo. Me gustó ver que puedo correr más rápido y que tengo mejor condición de lo que yo creía, y me gusta más el pensar que no lo voy a tratar de hacer, no por miedo, sino porque sé que es demasiado riesgo para poca ventaja, y que es mi primer maratón y que el objetivo es sub-4, sé que puedo hacer un sub-4 sin problema, puedo andar como en 3:45 pero no pienso estresar mis pies ni arriesgar toda la carrera por tratar de dar unos 3:30 posibles, pero para los cuales no me preparé.